



Si has llegado hasta aquí, no a sido una coincidencia. Estamos siempre bajo el asecho de seres que no se pueden ver. Aquellos que lo ignoran o lo niegan son presa fácil. Los que enfrentan esta realidad ariesgan su cordura. Para unos y otros, el fin es el mismo. Es el Sendero quien marca la diferencia. Responde, ¿estas listo para Elegir?
Pero, la celebridad de Fray Cristóforo no era sólo debida a su gran piedad. Él era un estigmatizado. Tenía su cuerpo cubierto de llagas perfectamente circulares que no cicatrizaban y que no mostraban signo de infección alguno. Cuando la noticia de sus santos signos llegó al Vaticano, un nuncio apostólico vino a
La gran inquietud que estremeció
Cuando recuperó consciencia, algunos días después, el fraile refirió a su confesor que en el fervor de su oración, subió al altar y comenzó a besar la imagen del Santo, escurriendo sus manos por toda la figura desnuda y musculosa, llena de las flechas del martirio. Y que la imagen cobró vida y le habló con la voz más dulce y amorosa que hubiera escuchado jamás. Y que toda la capilla se llenó de un resplandor de gloria, que traspasaba los muros, el bosque, las montañas y el cielo. El confesor, confuso y conmovido por la visión del fraile, pidió ver sus llagas, comprobando que sangraban todavía, a pesar de los días transcurridos. Por inusual que pudiera parecer, en su ferviente devoción, Fray Cristóforo había recibido los estigmas del martirio de San Sebastián.
Nada de esto cambió la sencillez del franciscano. Continuó pidiendo limosna y haciendo la caridad a los enfermos, hasta que se dispuso otra cosa. Su muerte, nadie la recuerda. Y el mensaje que le diera San Sebastián quedó sellado en su voto.
¡Gracias Señor por el hermano Silencio que guarda los secretos que no caben en palabras!
¡Beato Fray Cristóforo que conoció el Amor!
Terminado de transcribir en la ciudad italiana de Pavia a las 10:45 horas del día 25 de septiembre de 2007. Con Venus señoreando el Cenit y Neptuno, en oposición, conjunto al Imun Coelis. Debo confesar que la inspiración de este escrito tuvo lugar en la madrugada anterior, con una experiencia inusual y difícil de contar sin ofender el pudor de algunos. Baste con decir que la misericordia de Dios se expresa en este mundo de formas muy diversas y que la sensualidad y el placer no son ajenos a la santidad.
El por que se llama “ojo circular de la copia”
De la misma manera que se llama “videntes” a las personas capaces de percibir otras realidades, la tradición ubica el Sharingan en la pupila del ojo humano. Tal vez por que la vista permite obtener la mayor cantidad de información de nuestro entorno. Sin embargo, debemos considerar que la visión sería inútil sin el sentido del equilibrio, que se esconde en lo profundo de nuestros oídos, y que a su vez el oído carecería de referencia si no fuera por el tacto, diseminado en todo nuestro cuerpo, que permite ubicar la posición relativa de cada miembro.
Los sentidos del hombre pueden separarse sólo en palabras, pues toda la información percibida por los órganos sensoriales se integra en los distintos niveles del cerebro, orquestando movimientos involuntarios en armonía con la voluntad. Si decidimos, por ejemplo, mirar al cielo, miles de fibras musculares de nuestro cuello se relajan o se tensan sin que nuestra conciencia asista uno por uno a estos eventos. Aun que el resultado sea simple, el proceso que media entre nuestra voluntad y los eventos más insignificantes de nuestra vida es incomprensiblemente complejo. Por ello, a pesar que se considere un tipo de “visión”, el uso del Sharingan involucra todos los sentidos, incluso aquellos no asociados a ningún órgano del cuerpo físico.
Como el resultado inmediato de esta habilidad es la capacidad de reproducir las acciones observadas, se explica que se le considere una forma de “copia”. Pero, siendo precisos, más que una “copia”, resulta una adaptación. Para lograr reproducir el desempeño de otros, el Sharingan no puede limitarse a repetir mecánicamente sus acciones. Debe, simultáneamente a la recepción de la información, traducirla al propio lenguaje corporal y acondicionarla a las capacidades y condiciones del propio cuerpo. En otras palabras, este arte permite elaborar un conjunto de órdenes mentales partiendo de un mínimo de información percibida a través de los sentidos. Cuando se comprende el grado de complejidad de este trámite, resulta evidente que con la sola intervención de la vista no es posible llevarlo a cabo. De la misma manera se intuye que el uso práctico del Sharingan tiene como fronteras los límites físicos y mentales de quien lo usa.
Por último, en este análisis etimológico de su nombre, debemos explicar por que se considera “circular”. Básicamente el Sharingan es una habilidad de retroalimentación. Partiendo de la acción percibida en el otro, se generan las equivalencias internas que conducen nuevamente a la acción misma. Es decir, el Sharingan traza un círculo que une la voluntad del observador con la del observado, haciendo converger sus acciones. Claramente este argumento encuentra su metáfora estética en la redondez de la pupila, pero la representación tradicional del “ojo Sharingan” es sólo el reflejo artístico de su naturaleza abstracta. Adicionalmente, debe añadirse que el uso de esta habilidad puede ir acompañado de una inmediatez supranormal. Según la creencia de muchos, el carácter circular del Sharingan se manifiesta no sólo dentro de la mente, sino fuera de esta, en el continuo espacio-tiempo. Esta hipótesis recibe su estímulo en la rapidez inusual con que puede desenvolverse el proceso de observación-copia cuando las capacidades del portador lo favorecen, que en ciertas ocasiones anticipa las acciones del observado y las “copia” antes de haberlas “visto”. Su justificación, en cambio, viene del campo de la física moderna.
Según el consenso de los científicos contemporáneos, el espacio y el tiempo no existen independientes. Muchos fenómenos desconcertantes han encontrado explicación considerando que nuestro universo se desenvuelve en un “espacio” mucho más rico, en el que los objetos no sólo tienen altura, ancho y profundidad, sino que tienen otros atributos métricos asociados al tiempo y a la masa. En este “hiperespacio” nuestra percepción de la realidad es limitada. Desde nuestra perspectiva, el tiempo es inexorable y el espacio infranqueable. Pero ciertamente, ambos, tiempo y espacio, son físicamente de igual naturaleza. Las leyes que describen nuestro mundo físico no distinguen entre “aquí y allá” o “antes y después”.
Por ejemplo, cuando caminamos en círculo, regresamos al punto de partida habiendo vivido nuevas experiencias. Si recorriéramos un círculo en el hiperespacio, regresaríamos al mismo lugar en el mismo instante de partida, sólo que en nuestro recorrido, de una manera inexplicable, habremos vivido experiencias que tal vez no han ocurrido todavía. Muchos ven en este argumento la justificación a todas las formas de anticipación que experimenta el ser humano, incluido el Sharigan. Otros sin embargo, prefieren atribuir esta antelación a la complejidad de la mente humana, que permite inferir el comportamiento futuro basándose en observaciones precedentes. Sea una u otra la razón, el Sharingan es sin duda una habilidad fascinante, incluso sin considerar ninguno de sus discutidos atributos supranormales.
Se recomienda leer la tercera parte de este escrito.
Terminado de transcribir las 21:30 horas del día 22 de septiembre de 2007, en la ciudad italiana de Pavia. Viviendo la oposición celeste de Marte y Plutón, en cuadratura simultánea con el Sol, mientras Neptuno hacía oposición a Venus. Un malestar repentino de naturaleza extraña se apoderó de mi vientre y de mi cabeza, impidiéndome seguir escribiendo. Al parecer estoy viviendo un período de sensibilidad a las presencias invisibles.
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