El día nefasto que Morbos raptó a Fantasía, hubo una gran comoción entre los habitentes del País de las Sombras. Voluntad, un joven valiente y vigoroso, en medio de la confusión reinante, reunió una partida de guerreros para dar caza al raptor y recuperar a la Sacerdotisa de los Sueños. Cuando hubieron sido dieciciete, fueron a buscar el consejo de Rigor, el viejo ermitaño que podía leer el destino en los Astros. El anciano, consultando su oráculo, les reveló que debido a una particular coincidencia astrológica, todo intento por recuperar a Fantasía sería inútil, a menos que se comenzara algunas semanas más tarde, cuando el Dios Mercurio, quien abre todos los caminos, retornaría a fluir en favor del Tiempo de los Hombres.
Desesperado e impetuoso, Voluntad dijo que tal espera era imposible, pues daría a Morbos la ventaja de llegar a las fronteras del Reino de la Mente. Con voz severa y amenazadora, Rigor respondió que la tradición contaba las desgracias de todos los que emprendían nuevas empresas cuando el Astro Andrógeno marchaba contra el Sol.
A pesar del consejo, Voluntad partió tras la pista de Morbos, pero partió solo, pues todos sus compañeros temieron la profecía. Atravesó el Bosque de la Desesperanza, sufriendo el ataque de los temidos Vampiros de la Razón, que dejan aturdida a su presa con sonidos de Terror y de Duda, para chuparle la Vida con sus bocas ásperas que huelen a Oscuridad. Luego recorrió el Valle de Lagrímas y las Colinas de la Desilución, enfrentando peligros que debilitaban su juventud y mellaban su nombre. Finalmente, exhausto y vencido, cayó en el Pantano de la Frustración, donde cada movimiento por salir a flote parecía hundirlo más. Cuando por fin logró salir a terreno sólido, descubrió que el Sol comenzaba a oscurecerse por completo, dejando el Mundo en una Noche prematura y amarga. Comprendió con este signo que algo terrible había sucedido. Ya habían pasado días desde su partida y pensó que Morbos seguramente había traspasado el Muro de Consciencia que separaba el Reino de la Mente del País de la Sombra, llevando a Fantasía consigo y oscureciendo el Sol de tristeza. Derrotado, emprendió el camino de regreso y meditó profundamente en las palabras del anciano ermitaño y en el peso de la Ley Divina que rige los Ciclos de todos Mundos.
Antes de reposarse, buscó a Rigor para ofrecerle sus respetos y asegurarle que en lo adelante escucharía su palabra sabia. Cuando entró en la cabaña, el ermitaño abrazó al joven con behemencia agradeciéndole en todas las lenguas del alma. Voluntad, aturdido, le preguntó el por qué de su entusiasmo y el viejo le contó que algunos días atrás Morbos había retornado junto a Fantasía, llenando de júbilo a todos y le dijo además que su tenacidad, aun que en apariencia había fallado, estaba más cerca del éxito que la profecía hecha. Le dijo también que tanto su profesía, como el rapto de Fantasía habían fracasado gracias a la contrariedad de Mercurio. Entonces el anciano escribió con fuego sobre un trozo leña: “Donde la Voluntad fracasa, sólo queda esperar que fracase el propio Fracaso”. Le dió el trozo de leña al joven y lo bendijo en nombre de todos los Astros y de todos los Dioses.
Terminado de Transcribir en Pavia a las 17:00 horas del día 26 de Octubre de 2007, aprovechando la contrariedad de Mercurio Retrogrado para revindicar su verdadero valor.
A pesar del consejo, Voluntad partió tras la pista de Morbos, pero partió solo, pues todos sus compañeros temieron la profecía. Atravesó el Bosque de la Desesperanza, sufriendo el ataque de los temidos Vampiros de la Razón, que dejan aturdida a su presa con sonidos de Terror y de Duda, para chuparle la Vida con sus bocas ásperas que huelen a Oscuridad. Luego recorrió el Valle de Lagrímas y las Colinas de la Desilución, enfrentando peligros que debilitaban su juventud y mellaban su nombre. Finalmente, exhausto y vencido, cayó en el Pantano de la Frustración, donde cada movimiento por salir a flote parecía hundirlo más. Cuando por fin logró salir a terreno sólido, descubrió que el Sol comenzaba a oscurecerse por completo, dejando el Mundo en una Noche prematura y amarga. Comprendió con este signo que algo terrible había sucedido. Ya habían pasado días desde su partida y pensó que Morbos seguramente había traspasado el Muro de Consciencia que separaba el Reino de la Mente del País de la Sombra, llevando a Fantasía consigo y oscureciendo el Sol de tristeza. Derrotado, emprendió el camino de regreso y meditó profundamente en las palabras del anciano ermitaño y en el peso de la Ley Divina que rige los Ciclos de todos Mundos.
Antes de reposarse, buscó a Rigor para ofrecerle sus respetos y asegurarle que en lo adelante escucharía su palabra sabia. Cuando entró en la cabaña, el ermitaño abrazó al joven con behemencia agradeciéndole en todas las lenguas del alma. Voluntad, aturdido, le preguntó el por qué de su entusiasmo y el viejo le contó que algunos días atrás Morbos había retornado junto a Fantasía, llenando de júbilo a todos y le dijo además que su tenacidad, aun que en apariencia había fallado, estaba más cerca del éxito que la profecía hecha. Le dijo también que tanto su profesía, como el rapto de Fantasía habían fracasado gracias a la contrariedad de Mercurio. Entonces el anciano escribió con fuego sobre un trozo leña: “Donde la Voluntad fracasa, sólo queda esperar que fracase el propio Fracaso”. Le dió el trozo de leña al joven y lo bendijo en nombre de todos los Astros y de todos los Dioses.
Terminado de Transcribir en Pavia a las 17:00 horas del día 26 de Octubre de 2007, aprovechando la contrariedad de Mercurio Retrogrado para revindicar su verdadero valor.