domingo, 20 de mayo de 2007

Breve tratado sobre los depredadores invisibles.


Noticia preliminar:

En gracia de la convicción que la observación meticulosa de las realidades intangibles pone en mis ojos, en mis oídos y en mis dedos, escribo este impropio e inacabado esbozo de fe, que de otro modo, sin lo primero, o sin lo último, no habría de ser.

Llamados invisibles aquí, aunque algunos se dejasen ver, estos seres que ocupan nuestro interés pertenecen al género de espectros que si bien pueden ser hijos del temor de la mente o del sueño de la razón, cobran vida propia para atormentar precisamente a los hombres más temerosos e irracionales. Tratando asunto tan espinoso y esquivo, este escrito parecerá una sarta de fantasías al incrédulo o un glosario de rarezas al lector ávido de misterios. Mas, de cierto, no hallarán en estas líneas más de lo que se filtre por el doble tamiz de mi incapacidad y de sus prejuicios.

Con tal adversidad, a Dios gracias si algún provecho puede sacarse de lo que aquí se diga.

Se recomienda leer el Capítulo Primero


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